Val Maira y Udine

Antes de llegar a Viena, hago dos paradas.

A veces mi compañero va con sus hermanos a hacer un trekking por algún lado, en este caso el Marguareis, una montaña de Cuneo. A mi me gusta la idea pero no estoy para tantos trotes, solo ayudo a la logística y a lo mejor me incorporo a algo como esta vez.

Los acompañé en parte a su primera subida, hicimos un pequeño picnic y ya me bajé, que me costó bajarme y me dio un poco de miedo porque no había nadie, pero nadie y eso que era julio. Abajo en el refugio pían delle Gorre (Val Pesio) si hay gente, hasta allí se llega en coche y hay caminos agradables y fáciles pero en la subida hacia el siguiente refugio no había ni un alma. No podía pedirle ayuda a nadie si me caía o me pasaba algo y no coge el móvil.

Vista desde terracita encantadora

Acabé molida aunque más molidos me los encontré a ellos (lógicamente, después de cuatro días de paliza) cuando fui a buscarlos al cabo de cuatro días. Molidos pero felices. Sus circuitos de trekking montañeros les pirran. Los recogí y nos fuimos a Val Maira, a Stroppo donde vamos de vez en cuando, es un pequeño paraíso el agriturismo al torch, bonito y relajante y se come de miedo, la pareja que lo lleva es encantadora. a mis cuñados les gustó mucho como era natural.

Allí dormimos dos noches e hicimos varias excursiones por sitios que ya conocíamos nosotros, muy hermosos. Subí y bajé con dificultad como me suele pasar últimamente, que soy una rémora para caminantes más deportivos.

Fue bonito pero carezco de fotos porque no tengo aliento ni energía para ellas. bastante tengo con arrastrarme.

Después de los invitados con sus trekking empezaba el viaje principal del verano cuya primera etapa importante era Viena pero antes de llegar allí hicimos una parada en Udine, ciudad de la que nadie nos había dicho nada pero que nos pareció bonita y divertida y en la que lo pasamos muy bien a pesar de que cayó una tormenta de aúpa y de que antes y después de ella hacía un calor mortal.

De bar en bar fuimos (en uno de un cineclub nos refugiamos mientras diluviaba) y comimos y bebimos fenomenal a precios asequibles. Nos encantan el Véneto y el Friuli… tenemos ganas de volver por allí.

Y ahora sí que si: Viena y sus maravillas y sorpresas

En esta terracita de un cuco restaurante no comimos pero nos quedamos con las ganas
De noche Italia tiene un encanto especial

Acerca de juegodelmundo

Profesora de español para extranjeros. Vivo en Turín desde hace 20 años. Necesito escribir para comprender mejor lo que me rodea y me sucede, para poner orden en mis ideas. Me apasionan el cine (en versión original), los viajes (soy fan de los intercambios de casa), la lectura, la comida, estar con gente, las novedades. La música (aprender a tocar el piano), el teatro (en especial cuando viajo), la danza contemporánea. Las buenas series de televisión. Traducir textos junto a alumnos buenos. Conversar. Tratar de disfrutar cada momento.
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