Era de esos sitios sobre los que me decía a mi misma: tengo que ir, es una capital importante y está hasta cerca y hace poco fuimos por fin y nos gustó más de lo que pensábamos porque las ciudades son algo más que cuatro sitios turísticos del centro por suerte. Y esta segunda vez nos gustó más, primero porque las primeras veces son las primeras veces, no tan buenas como uno quiere porque uno es inexperto y hay unas obligaciones que molestan y condicionan.
La segunda vez se está más tranquilo y además vivíamos en el centro que está muy bien no tanto por el centro en si, invadido de turistas (la plaga que somos) sino porque viviendo en el centro casi todo está accesible. Cerca del río, que también está genial y del barrio judío, que sea como sea y corriendo los tiempos que corren, siguen siendo en general (allí donde los hay) de mis sitios favoritos de las ciudades.
Tienen algo, no se, un sabor especial. El de Viena no ha sido una excepción.
La otra vez visitamos el pabellón Secesión, maravilloso por fuera y por dentro, con el inolvidable friso de Beethoven de Klimt y también el museo Leopold. Esta vez nos hemos atrevido con la galería Belvedere, yendo temprano, que los turistas son lentos y dormilones. Es lo mejor, luego ya es imposible e inútil.
Pero mayormente hemos paseado mucho como siempre, estado en bares de regusto y carácter (hay muchos) y hecho una excursión hasta el barrio (ex pueblo) de Grinzing, típico por sus mesones y bodegas que estaban mayormente cerrados porque fuimos a mediodía y allí se va a partir de las 15 de la tarde, pero nos gustó igual y lo que nos encantó fue el complejo de viviendas populares Karl Marx Hof y otros Hof que visitamos ese día. Muy interesantes y curiosos. Viena siempre ha tenido una tradición muy importante de viviendas de alquiler populares, algo que uno no se espera en la ciudad del modernismo y el pijerío.
Viena está muy bien, Viena engancha en cierto modo. Una chica tocaya mia, otra Alícia española, nos dejó su bonito piso y nos hizo un gran favor.
De allí nos fuimos a Polonia para vivir nuestras típicas aventuras familiares, que sin aventuras se aburre uno mucho.
Id a Viena, no os desilusionará. Ciudad de Klimt y de Hundertwasser y de muchas más cosas.
Y ahora algunos bares, que no pueden faltar.